Sobre la moción de censura

Hace unos años se inició una moción de censura contra Josep Lluis Nuñez. El percusor de dicha moción fue un tal Joan Laporta, con su famoso "elefant blau". Cuando llegó el momento de mandar a los socios a las urnas para decidir si se echaba o no al presidente, Laporta saltó a la palestra para dejar un mensaje bien claro: "si más del 50% de los votos son a favor de la moción, Nuñez debería dimitir". Y esque los estamentos del club establecen que para que la moción salga adelante, ha de tener más de un 66.6% de los votos a favor.

Hoy las cosas están justo a la inversa: Joan Laporta es el presidente y la moción juega en su contra. Hace unos días se le preguntó, precisamente, si él estaría dispuesto a dimitir con un 50% de votos en contra, y ¿cual fue su respuesta? "Nos acojeremos a los estamentos del club, que marcan como límite un 66.6% de los votos". ¡Vaya! Como ha cambiado el discurso ¿eh, señor Laporta?

Muy hábil por su parte, en cualquier caso, hacer esas declaraciones, porque era perfectamente consciente de que el resultado de la votación no se alejaría demasiado de esos márgenes. Y efectivamente, mientras escribo estas líneas ya hay un 95% de votos escrutados con el siguiente resultado: 60.68% para el SI, 37.60% para el NO. ¿Qué significa esto? Pues a efectos prácticos, nada: Legalmente Laporta puede seguir en su puesto y ya dejó entrever que no lo dejaría de forma voluntaria.

Si pudiese le daría un consejo a Laporta: que abra los ojos, que se dé cuenta que la mayor parte de la masa social blaugrana le quiere fuera -a los resultados me remito- y que si tiene un poco de dignidad, dimita. Que no caiga en la bajez de agarrarse al sillón con uñas y dientes, por mucho que esté legalmente capacitado para hacerlo... aunque francamente no tendría muchas esperanzas de que me hiciese caso.