La fe de Turquía

Lo que más me está sorprendiendo en esta Eurocopa, sin lugar a dudas, está siendo la hazaña que está llevando a cabo Turquía. Sin duda hay otras cosas del campeonato que están valiendo la pena, como los partidos de Holanda, la primera fase de Portugal, o el Alemania-Portugal de cuartos que vivimos hace pocos días. Pero para mi gusto nada como la fe de Turquía.

Jornada 2 de la liguilla. Suiza juega contra Turquía y los helvéticos ganaban 1-0. Turquía empata en el minuto 57 pero no era suficiente, estaban virtualmente eliminados con ese resultado. Pero llega el minuto 92, cuando todo parecía decidido, y los turcos logran el 1-2 que les deja con vida para la última jornada de la liguilla. Hasta ahí bien, no es nada nuevo que un equipo logre la victoria en el último minuto (aunque tampoco se vea a diario, precisamente).

Jornada 3 de la liguilla. Turquía y Chequia se juegan el ser o no ser. Quien gane pasará a cuartos de final y el otro quedará eliminado, partiendo Chequia como favorita. Y los pronósticos empiezan a cumplirse cuando a mediados de la segunda parte éstos se adelantan 2-0 en el marcador. Solo un milagro salvaría a los turcos. En el minuto 75 llega el 2-1. Un poco más cerca, pero aún demasiado lejos del milagro. Los minutos siguen consumiéndose para felicidad de los checos, y así llegamos al minuto 87 cuando Cech, considerado por muchos el mejor portero del mundo, comete probablemente el peor error de su carrera en los últimos años, error que Nihat aprovecha para empatar a 2. Habían conseguido remontar un 2-0 y como mínimo meterse en la prórroga. Pero Nihat no tenía suficiente. Él no. Para él, la prórroga no era premio suficiente. Estaba que se comía el campo él solito. Así que tal como metió el 2-2 cogió el balón del fondo de la portería y salió escopeteado hacia el medio campo. ¿Qué le pasaba a Nihat? ¡Si ya habían hecho lo imposible! Tuvimos la respuesta dos minutos más tarde, cuando él solito recuperó un balón entre la desmoralizada defensa checa, se quedó cara a cara con Cech a unos 5 metros de la frontal del área, y puso un balón de fantasía por toda la escuadra. Él solito había metido a su equipo en los cuartos de final cuando ya nadie creía en ello. Inaudito.

Cuartos de final. Aunque todavía costaba de creer la gesta de Turquía en las jornadas 2 y 3 de la liguilla, lo más increíble estaba por llegar. Cuartos de final contra Croacia, y una vez más, los turcos partían como el equipo con menos opciones de ganar. Los croatas empezaron el partido desperdiciando ocasiones clarísimas, mientras que los turcos, hasta la segunda parte, no hicieron sino replegarse en su campo. Al final, 0-0 tras 90 minutos y a la prórroga. Cuando ésta ya acababa y parecíamos abocados a los penalties, en el último minuto de la prórroga marcó... Croacia. 1-0 con apenas un minuto (el que añadiría el árbitro de descuento) para acabar el partido, tiempo suficiente para que unos desesperados turcos intentasen colgar un par de balones al área croata que sin duda los balcánicos despejarían sin problemas... o al menos eso ponía en el guión. A la práctica, sí, colgaron un par de balones al área, pero en el segundo de ellos Semih sacó una pierna milagrosa, engatilló perfectamente el balón, y lo coló por la escuadra de la meta croata. Si Dios existe, es turco. Así las cosas, sin tiempo ni siquiera para que los croatas sacasen de mediocampo tras el gol, se llegó a los penalties, con los turcos eufóricos y los croatas hundidos. El resultado de la tanda, así las cosas, era predecible. Croacia solo fue capaz de marcar un penalty en 4 intentos y Turquía metió los 3 suyos.

Y ahora... a semifinales contra Alemania. Que tiemblen los alemanes... sobretodo cuando se acerque el final del partido. Y eso que Turquía, entre sanciones y lesiones, tendrá una lista de bajas immensa. Pero ¿qué más da eso cuando la suerte te sonríe día a día?

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